La Margarita - Retirada (2025)
Vuelo sin principio ni fin,
nunca se muy bien donde ir.
Solo me interesa llevar
bien atesorado este cantar.
Magia que genera al partir, nace otro mandato a cumplir.
Fábula murguera que va, vieja realidad.
Voy subiendo, remontando
me despeina algún viento otoñal
Situaciones observando,
desde arriba soy dueño del mar.
Perspectivas que traducen,
cada cual con su forma real.
Arquetipos colectivos
intentando su rol priorizar
Solo mirar, soñar despiertos,
los dioses saludan mi deambular.
Desde acá arriba no hay distancias,
todo parece igual.
El barrio brilla, hay esperanza,
el sol de fiesta está.
Nace el amor en una esquina,
la luna lo encandiló.
Se abraza el poder con la vecina,
loca revolución.
Ensayan mis murgas con voz de papel,
la misma canción, la misma piel.
Se sanan los locos, los giles también,
de lejos la vida es un cuplé.
Y allá, bastón y compás,
un alma entonó la despedida.
Y allá adentro de un bar,
discuten y dan la bienvenida.
Vení, subite que acá
no hay hora, no hay tiempo, no hay medida.
Muere la razón, vive el corazón,
todo se vuelve melodía.
Sabía decisión, volar de polizón
con un disfraz como motor.
Respirar aire de murga una vez más,
conjuro de almas divinas bendicen este ritual,
y en las alturas gozan de un eterno carnaval.
Vuelvo a mentirte otra vez cuando anuncio el final, juro sentir que al cantarlo me vuelvo inmortal.
Nace un hechizo murguero colmado de adiós y de azar, nos asegura el regreso y nos duerme un invierno más.
(Es la hora) Vamos, si hay canto hay esperanza, la vida siempre alcanza, no hay más allá.
Dale, busquemos el sosiego, mi antes el consuelo a tanto desamor.
Vamos, que todas las ausencias habiten en presencias calmando mi dolor.
En la eternidad de otro carnaval este ruego vivirá.
Diosa nocturna, se va la murga, luz que ilumina la bacanal.
Sombra de esquina, fervo que alumbra, leyenda viva, felicidad.
Rompan la noche, armen batuque,
siempre en memoria e identidad,
La Margarita, pétalo a pétalo
te quiere un poquito mas.
Hasta que no nos manden la vuelta,
hasta que Momo borre este adiós,
queda cantando La Margarita
su grito de corazón.
Adiós barrio querido,
la flor que no se va
se queda perfumando
en su peregrinar.
Quisiera que por siempre
la puedas recordar
cantando a voz en cuello
su amor al carnaval
Adiós barrio querido,
la flor que no se va
se queda perfumando
en su peregrinar.
Quisiera que por siempre
la puedas recordar
cantando a voz en cuello
su amor al carnaval.
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